Para comprender el proceso de Regionalización, no solo es necesario entender los principios de orden político-económico expuestos en la entrada anterior sino que también los principios de orden geográfico-territoriales para poder delimitar una región.
Primer principio, Homogenización: Para crear una región, las dinámicas territoriales, económicas, climáticas, etc.; deben poseer cierta similaridad para que la región pueda desarrollarse en conjunto. Una de las características esenciales en este sentido tiene relación con el tipo de recursos que el territorio puede tener ya que esto determina en gran parte el tipo de actividad económica que la nueva “mezo zona geográfica” tendrá.
Este punto también reviste importancia ya que la principal actividad económica que tiene una región le otorga identidad. Por ejemplo, la denominación que tiene la IX región de la Araucanía como “el granero del sur” (antiguamente el lugar era el principal proveedor de granos del país), por lo que su delimitación como Región sin duda tiene relación con la similaridad que poseían en cuanto a la actividad graneleras las provincias de Malleco y Cautín, actuales IX Región.
Segundo Principio, Polarización: Polarizar: “Concentrar la atención o el ánimo en algo”[1] . Por lo que el concepto de polarización se refiere a que debe existir en cada región un núcleo central. Por lo tanto, esto no es más que una ciudad capital que actúe como “un gran gerente” de las actividades económicas y sociales, orientando la dinámica de crecimiento local. Esta ciudad debe ser la de mayor población dentro de la región ya que concentrará la mayor cantidad de servicios y deberá coordinar la auto sustentación de la región.
Tercer Principio, Integración: Este principio puede ser clasificado como político y también como geográfico. Político ya que consiste en una readecuación de las autoridades provinciales situando en cada región autoridades con funciones exclusivas para dicho territorio pero a la vez integradas entre si a través de un órgano central, los ministerios. Por ejemplo: los Seremis son secretarias que pertenecen a un respectivo ministerio central pero funcionan de acuerdo a las necesidades de cada región. Es precisamente el funcionamiento diferenciado que poseen los Seremis que le da a este principio un carácter geográfico, la heterogeneidad del territorio nacional obliga a que los órganos del estado se adecuen a cada Región trabajando en forma independiente, pero a la vez integrada, coordinada.
Cuarto principio, Seguridad nacional: En la primera entrada, se hace alusión al problema de seguridad que se ejercía sobre la nación al no estar los territorios extremos debidamente poblados, esto por lo tanto representa un problema de soberanía. En relación a esto, la historia nos habla de la “pérdida” de la Patagonia Oriental cedida a Argentina en el siglo XIX[2]. Pero la realidad es que ese territorio nunca perteneció a Chile ya que nunca fue poblado. Son los ciudadanos los verdaderos encargados de establecer la soberanía de un país ya que en ellos recae la utilización del territorio y la identificación que este tendrá, y un territorio sin identificación, es una tierra de nadie. Por lo que este principio hace alusión a la descentralización de la población del país a través del proceso de regionalización para tener un Chile seguro y cohesionado.
Este principio también busca una correcta utilización de los recursos esparcidos por el país a través de una población debidamente repartida (sin pobladores, no hay trabajadores).
Primer principio, Homogenización: Para crear una región, las dinámicas territoriales, económicas, climáticas, etc.; deben poseer cierta similaridad para que la región pueda desarrollarse en conjunto. Una de las características esenciales en este sentido tiene relación con el tipo de recursos que el territorio puede tener ya que esto determina en gran parte el tipo de actividad económica que la nueva “mezo zona geográfica” tendrá.
Este punto también reviste importancia ya que la principal actividad económica que tiene una región le otorga identidad. Por ejemplo, la denominación que tiene la IX región de la Araucanía como “el granero del sur” (antiguamente el lugar era el principal proveedor de granos del país), por lo que su delimitación como Región sin duda tiene relación con la similaridad que poseían en cuanto a la actividad graneleras las provincias de Malleco y Cautín, actuales IX Región.
Segundo Principio, Polarización: Polarizar: “Concentrar la atención o el ánimo en algo”[1] . Por lo que el concepto de polarización se refiere a que debe existir en cada región un núcleo central. Por lo tanto, esto no es más que una ciudad capital que actúe como “un gran gerente” de las actividades económicas y sociales, orientando la dinámica de crecimiento local. Esta ciudad debe ser la de mayor población dentro de la región ya que concentrará la mayor cantidad de servicios y deberá coordinar la auto sustentación de la región.
Tercer Principio, Integración: Este principio puede ser clasificado como político y también como geográfico. Político ya que consiste en una readecuación de las autoridades provinciales situando en cada región autoridades con funciones exclusivas para dicho territorio pero a la vez integradas entre si a través de un órgano central, los ministerios. Por ejemplo: los Seremis son secretarias que pertenecen a un respectivo ministerio central pero funcionan de acuerdo a las necesidades de cada región. Es precisamente el funcionamiento diferenciado que poseen los Seremis que le da a este principio un carácter geográfico, la heterogeneidad del territorio nacional obliga a que los órganos del estado se adecuen a cada Región trabajando en forma independiente, pero a la vez integrada, coordinada.
Cuarto principio, Seguridad nacional: En la primera entrada, se hace alusión al problema de seguridad que se ejercía sobre la nación al no estar los territorios extremos debidamente poblados, esto por lo tanto representa un problema de soberanía. En relación a esto, la historia nos habla de la “pérdida” de la Patagonia Oriental cedida a Argentina en el siglo XIX[2]. Pero la realidad es que ese territorio nunca perteneció a Chile ya que nunca fue poblado. Son los ciudadanos los verdaderos encargados de establecer la soberanía de un país ya que en ellos recae la utilización del territorio y la identificación que este tendrá, y un territorio sin identificación, es una tierra de nadie. Por lo que este principio hace alusión a la descentralización de la población del país a través del proceso de regionalización para tener un Chile seguro y cohesionado.
Este principio también busca una correcta utilización de los recursos esparcidos por el país a través de una población debidamente repartida (sin pobladores, no hay trabajadores).
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